Desde Fisioterapia de la Serna, queremos hablar de un tema complicado, que esperemos se entienda en el ámbito y forma que lo quiero hacer. El 8 de mayo de 1945 se produce la firma de la capitulación del régimen nazi. Con motivo del 75º aniversario de esta caída y de la liberación de los campos de concentración nazis en diferentes fechas de este año, quiero hablar de un tema complicado. Como reflexión y debate sobre posibles riesgos silentes entre ciencia y ética.
He estado unos días en Alemania y Austria, en el Castillo de Hartheim y los campos de concentración de Mathausen y Dachau y la Universidad de Munich, conociendo la historia de “la rosa blanca” con alumnos de los grados Fisioterapia, Enfermería y Medicina.
Ahí vimos, muchas de las atrocidades que es capaz de hacer el ser humano. Pero centrándonos en la parte de medicina y ciencia, es donde surge un debate, que no es tal, pero da para pensar. Los nazis, en el ámbito de la ciencia, fueron muy respetuosos con las leyes que había y con el método científico. Si, has leído bien.
Había auténticos bárbaros e ideólogos de planes como Eutanasia T4, exterminio de enfermos y personas «no útiles», del programa Eugenesia, para hacer el «hombre bueno», problemas de exterminio por gas, etc programas y atrocidades que muchos conocemos. Había gente que se ponía de perfil, ¿qué hubiéramos hecho nosotros si al negarnos a cumplir una orden podíamos acabar en la cámara de gas? Y había, aunque se habla poco de ellos, héroes. Un enfermero en Hartheim, que se negó, con todos los riesgos que ellos conllevaba a llevar a cabo esos planes, le mandaron al frente ruso donde se supone que moriría y sobrevivió. Los alumnos de la universidad de Munich que organizaron «La rosa blanca», una doctora que acabó en un campo de contracción después de decir que los judíos eran personas y muchos más casos que se cuentan poco, pero que enseñan mucho.
En la estrictamente relativo a la toma de datos y seguimiento del método científico, la meticulosidad que tenían era casi enfermiza, documentando todo y haciendo estudios impecables en lo teórico. Hablábamos también de que lo hacían legal. Y surge la pregunta, ¿Puede ser legal lo que hacían?
Una de las cosas que faltaban en la ley antes, eran límites éticos por ley, así como un consentimiento informado. Con lo cual, como no había que preguntar al paciente si estaba de acuerdo, ni había limites en la investigación, se “podían” hacer auténticas salvajadas, como sabemos hoy, con un respeto hasta el extremo al método científico y a la ley vigente.
Hoy en día hay muchos temas en discusión, que para unos es un retroceso y para otros un avance, para unos una agresión a la ética y para otros una evolución lógica, etc. Como pueden ser aborto, gestación subrogada (vientre de alquiler), investigación con células madre, eutanasia, selección genética, etc.
Por ello, no siempre lo legal es ético, ni justo, ni lógico. Por ello, creemos que debemos pensar lo que hacemos e investigamos. Yo siempre les digo a mis alumnos, que dentro de unas décadas nos estudiaran, así que debemos evitar que nos vean como personas sin ética, ni límites.
Por ejemplo, este verano, leíamos una noticia, de unos científicos japoneses, que querían hacer híbridos hombre-animal, si esto sale, ¿Habrá algo más que no sale? ¿Se sobrepasan límites sin que lo sepamos? ¿Ponemos el ego del investigador o el éxito de la ciencia por encima de la persona? Obviamente, el fin de este texto, no es blanquear a los investigadores nazis, sino hacer pensar y reflexionar, como se pueden hacer animaladas, pensando que lo hacemos bien, o al menos no mal, por no plantearnos el objetivo y fin últimos o estos ser erróneos.
Desde Fisioterapia de la Serna, esperamos que os sean de utilidad. Para más información, contacta con nosotros en fisioterapiadelaserna@gmail.com.