Desde Fisioterapia de la Serna, os deseamos Feliz Navidad! Y más Navidad que nunca. Vivimos tiempos duros, días que probablemente, nos privarán de pasar unos días con los nuestros, de cenar con amigos, de fiestas de nochevieja, pero nos acercarán a José y María, que desde Nazaret, tuvieron que irse a Belén, separados de todos, alejados de lujos o cualquier ápice de boato o comodidad. Que pasaron estos días tan especiales en familia, el regalo de la familia, en la soledad y con el frío de una cueva y acompañados únicamente por un buey y una mula, como anunciaba la profecía de Isaías (Is 1, 3). Tan humilde todo y a la vez fue de los momentos más importantes y grandes de la historia. A lo mejor puede serlo también de la historia de nuestras familias, de nuestras vidas.
También nos veremos privados de muchas cosas banales, que como los fuegos de artificio, suenan mucho, llaman mucho la atención, pero son efímeras y duran poco en nuestra retina y en nuestras vidas. A cambio, podremos vivir otras muchas cosas, que con firmes cimientos, nos han preparado estos duros meses que llevamos de año y como el árbol bien enraizado aguanta los envites del dolor del coronavirus y la vida.
Este desprendernos de tanto que nos ha obligado el covid, de muchas cosas que pensábamos que eran imprescindibles. A veces habrá sido en forma de gran dolor, de mucho sufrir y de mucha incertidumbre pasada, presente y futura. Pero nos puede acercar a vivir una Navidad de verdad, centrados en su sentido, mirando a su misterio, dejando abrir un hueco al niño Dios que vuelve a nuestras casas, a nuestros corazones, que nunca nos abandona. Y nos dará la libertad de la Verdad, en contra del sometimiento al que nos ha llevado el virus. Cojamos nuestra pequeña alforja y hagamos el viaje de la vida de otra forma.
A la vez se acerca el final de año, tiempo de resumen, de balance. Tiempo de mirar atrás y ser conscientes de que seguramente ha sido el año más extraño de nuestras vidas. Pero un año, que con sus cosas duras, con muchas pérdidas de vidas, algo irreparable, seguro que nos ha regalado conocernos más. A nosotros, a los nuestros, a ser más familia, a ser más de verdad, a sacar o al menos conocer lo mejor de nosotros mismos. Hemos experimentado la pequeñez del ser humano, que ante un virus microscópico se ve vencido. Pero también la grandeza del conocimiento, que cuando se pone en pro de la ciencia, en pro del ser humano, demuestra lo grande que puede ser ese mismo pequeño y limitado ser humano. Hagamos eso con cada cosa de cada día.
Muy apropiadas las palabras del Papa Emérito Benedicto XVI: “en los días que preceden a la Navidad, es muy oportuno entablar una especie de coloquio espiritual con san José, para que él nos ayude a vivir en plenitud este gran misterio de la fe».
Raro se presenta el 2021, pero pidamos con fe que sea un año en el que al menos tengamos la serenidad de saber aceptar y vivir las cosas que nos correspondan, dando lo mejor de nosotros en cada una de esas batallas que nos deparen los próximos 365 días. Desde aquí os deseo un próspero 2021 lleno de buenos momentos. Que la mayoría de vuestros sueños e ilusiones para estos días se hagan realidad.
Y un año más os agradecemos la confianza depositada en nosotros.
¡Feliz Navidad! ¡Próspero 2021!