Desde Fisioterapia de la Serna, queremos hablar de un síndrome más común de lo que pensamos y d Elo que nos gustaría, EL SÍNDROME POSTCAIDA EN MAYORES.

Con el paso de los años, vamos perdiendo capacidades físicas, sensoriales e incluso mentales, que favorecen las caídas. Tanto es así, que uno de cada tres mayores de 65 años se cae mínimo una vez al año. Y de ellos, un tercio tiene algún tipo de fractura.

Muchas no tienen consecuencias, al menos visibles. Ya que muchas de ellas, sin tener consecuencias físicas, si aparece una consecuencia que no es fácil de eliminar, el miedo a volver a caerse. Creando en el mayor un miedo grande, que le quita seguridad, favoreciendo una nueva caída y que aumente este síndrome y así sucesivamente. Favoreciendo el sedentarismo y el deterioro del mayor, por lo que es importante evitar las caídas, sino podemos, impedir que aparezca el síndrome y si aparece, revertirlo lo antes posible.

Muchas veces no es sólo la caída, es también el no poder levantarse sólo, verse inseguro, incapaz de valerse del todo, crea una sensación de desazón e incapacidad que no siempre es acorde con la realidad física del mayor. Produciendo como señalábamos antes un miedo grande a moverse incluso acompañados. Favoreciendo un deterioro físico, aislamiento social y deterioro psicológico y mental.

Para ello hay que vigilar, entrenar y concienciar a ancianos que previamente presentan alteraciones:

– De la marcha.
– Sensoriales.
– Neurológicas.
– Obesidad.
– Depresión, aislamiento, viven solos, sobreprotección familiar, etc.

En todos estos casos, el riesgo de caída y de aparición del síndrome postcaída es más alto que en los demás, no estando nadie exento.

Para intentar evitarlo, debemos:

– Controlar el dolor y los daños ocasionados por la caída.
– No alarmar al mayor, no alarmarnos nosotros.
– Hacer gimnasia preventiva para tener la mayor fuerza, reflejos y agilidad posible.

Esto, puede no ser sólo de mayores. El 2 de febrero, hace casi 4 meses, me amputaron una pierna. El día del alta, me caí al haber agua en el suelo no verla, otro día se me inclinó la silla de ruedas en una cuesta y volví a caer y una tercera, por una bajada de tensión, volví a perder el control de la muleta y caí. Sin tener síndrome postcaída, os aseguro que la sensación de inseguridad y cierto recelo a volver a caer es importante. Imaginad una persona mayor.

Esperamos a haberos ayudado y vuestros comentarios.

Desde Fisioterapia de la Serna, esperamos que os sean de utilidad. Para más información, contacta con nosotros en fisioterapiadelaserna@gmail.com.

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