Desde Fisioterapia de la Serna, queremos hablar de un tema interesante, que da para muchas horas de debate sobre ciencia, filosofía, sociología y hasta teología en algunos casos, que es LAS BONDADES DE LA ENFERMEDAD.
Pensando en frío, es una tontería de tema, una entelequia que roza la utopía o la auto complacencia, pero que la mayoría de las personas que han tenido alguna enfermedad (incluso algún problema gordo en la vida) me entenderán. Pero lo importante (aunque es casi un imposible) es no preguntarse los «por qué» que no nos van a ayudar nada y nos van a crear mucha desazón y dolor y si preguntarse en cambio los «para que» que nos ayudarán a entender las cosas y crecer como personas.
Empezando por el descubrimiento de nosotros mismos por las horas de soledad en el hospital o recuperación, de duda, de incertidumbre, de mucho pensar y valorar nuestra situación, que a veces se acaba reflexionando sobre nuestra vida antes y la que queremos después, no a nivel material, sino a nivel espiritual y de valores, de principios y prioridades.
Descubrimos un verdadero yo, un yo más fuerte, sensible, «humano», resistente y resiliente de lo que pensábamos, con una capacidad empática que ganamos o aumentamos, que muchas veces nos hace ver la vida totalmente distinta.
Descubrimos al prójimo, vemos a las personas de forma distinta, no es que ahora se sea mejor, es que se mira con otros ojos. Vemos más cercano (incluso más nuestro) el dolor o los problemas de nuestros familiares, amigos, vecinos, etc. Somos más perceptivos al dolor ajeno, porque hemos tenido dolor en nosotros, con lo cual ahora sabemos lo que se siente al otro lado, las dudas e incertidumbres del que sufre. Sigue leyendo